Resumen
Históricamente hablando, se puede observar una evolución en las condiciones laborales, comenzando con la disminución de esfuerzos y riesgos físicos y llegando hasta las mejoras tanto ambientales como de higiene, esto gracias a la proclamación de los derechos humanos y al desarrollo de nuevas tecnologías y formas de producción. De cualquier manera, la salud del trabajador se considera un derecho fundamental. En la actualidad, de los factores de riesgo laborales, se presta especial atención a los factores de riesgo psicosociales, mismos que pueden causar estrés en el trabajador. El estrés laboral, a su vez, favorece el desarrollo del “síndrome de burnout”, que repercute tanto en la calidad de vida como el rendimiento laboral de quien lo desarrolla y se manifiesta a través de tres dimensiones: el desgaste emocional, la despersonalización y la falta de realización personal.
Los profesionales de la salud se ven especialmente afectados por este síndrome, haciendo que disminuya la calidad de la atención que estos brindan a los pacientes, al punto de hasta poder cometer errores médicos. El síndrome, que se describió por primera vez entre 1960 y 1970, fue popularizado por Christina Maslach y Michael Leiter en 1982, estableciendo las bases para su detección.
La pandemia por COVID-19 destacó aún más la relevancia del síndrome de burnout en el personal de salud, debido a que aumentó tanto los niveles de estrés como los de ansiedad por motivos del aumento en la carga de trabajo, entre otros factores.
Es especialmente relevante abordar y desarrollar mecanismos, acciones y estrategias para la prevención y manejo del síndrome de burnout en el personal. Los tomadores de decisiones, con el fin de reducir los factores de riesgo psicosociales, pueden implementar capacitación para el manejo del estrés, reducir la jornada laboral, tomando en cuenta especialmente al personal médico residente. Además, los jefes de servicio deben prestar atención a la distribución equitativa de la carga de trabajo y al reconocer la labor del personal. Es importante desarrollar estrategias a nivel individual con tal de tener la capacidad de manejar situaciones estresantes manteniendo un equilibrio entre la vida personal y la profesión.
A pesar de los intentos por abordar el síndrome de burnout como un verdadero problema, su prevalencia permanece alta en el personal de salud, lo que evidencia la necesidad de atender a mayor profundidad las condiciones laborales, así como garantizar que el mejoramiento de los sistemas de salud no sea a expensas de la salud de los propios trabajadores.
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