El Cultivo Celular en la búsqueda de nuevas estrategias de combate contra el Cáncer

Resumen

El registro fósil de un hueso con osteosarcoma ha permitido rastrear al cáncer hasta la época de los dinosaurios. Los primeros reportes documentados de seres humanos con cáncer datan de la época del Egipto antiguo. El papiro encontrado tenía inscrita una sentencia que, hasta nuestros días suele ser válida: “No tiene cura”. Actualmente, el cáncer es curable siempre que se detecte a tiempo y no haya invadido otros tejidos. No obstante, el cáncer invasivo o metastásico es todavía tratable, aunque las posibilidades de una recuperación completa son bajas y tan sólo se puede aspirar a prolongar un poca más la vida.

La búsqueda de un tratamiento específico para las diferentes manifestaciones de este desorden celular tiene una larga historia que abarca el desarrollo de métodos quirúrgicos especializados, el uso de la medicina tradicional, la obtención de medicamentos a partir de plantas, y la creación de nuevas moléculas mediante la química sintética. Todas las potenciales terapias deben pasar por un riguroso proceso de evaluación que garantice su efectividad y seguridad en los pacientes. Los estudios preclínicos, previos a la evaluación en población humana, incluyen a los bioensayos basados en animales de laboratorio, microorganismos o células cultivadas. En estos bioensayos, los animales, microorganismos o células cultivadas son expuestos a diferentes cantidades de los potenciales quimioterapéuticos y su efecto analizado de diferentes maneras. En el caso de los cultivos de células de cáncer humano la eficacia de los quimioterapéuticos se puede evaluar al determinar su efecto sobre la proliferación, se espera que detenga la división celular, o sobre la supervivencia de las células, al destruirlas mediante un efecto tóxico.

https://doi.org/10.25009/rmuv.2022.1.75
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